jueves, 4 de septiembre de 2008

Sentimiento

Es este sentimiento el que cala cada herida, aún trémula y sensible. Vi partir a un niño en agonía, a una madre compungida y a un cerezo que moría. Vi partir aquellas especulaciones que rodaban en mi mente cuando niña. Y reí. De soberbia, de frío, de muerte, sola reí. No podía llorar: estaba oscuro; no podía gritar: eran las once. Y como nada podía más que reír, vi partir. Algo calaba mis pulmones y me oprimía los huesos, pero no me apuro: siempre es este sentimiento.

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