domingo, 4 de julio de 2010

capretti

Te vas feliz. Llevas en las manos tus alegrías. Eres lindo, pequeño y frágil. Es fácil contentarte. Adoro verte enojado, con el ceño fruncido y haciendo corajes porque no tienes el dulce que quieres. Adoro cuando les robas comida a los demás comensales, no importando que te vean o te regañen. Adoro cuando te ríes porque te muerdo o te cargo y te doy vueltas. Adoro verte feliz, jugando y caminando, conformándote con poco pero aprovechándolo al máximo. Te adoro, simplemente.

Llegaste callada. Tu cabello castaño claro estaba trenzado. Tenías un globo verde y era tu adoración. Prestabas atención a lo que decía tu papá. Sabías que ya era tarde y tenías que obedecer. Tu carita de ratón se veía particularmente tierna. Recogiste tus juguetes y los de tu hermano. Te fuiste como llegaste, callada, pero un poco más alegre ya con tu juguete rosa. Niños: ¡es tan fácil complacerlos!